UN EMPRENDEDOR QUE SE DEFINE.......
CARLOS BARRABÉS
Un gurú de montaña
Carlos BarrabésConoció la red…, “¿por qué no vendemos ahí?”, y creó una de las primeras tiendas on line del mundo. Es un chico de Benasque que se crió hablando en patués (o benasqués: el dialecto de transición entre el aragonés, el gascón y el catalán, dice la Wikipedia), campechano, “de pocos caprichos” y muchos amigos, y que asegura que no tiene “consciencia de ser un gurú”. Aunque un día se puso a sumar… “y habré dado conferencias ante más de 100.000 personas en total”. Carlos Barrabés (1970) se ha convertido en un reconocido experto en innovación, además de empresario, consultor y consejero de pequeñas y de muy grandes empresas. “Innovar no es hacer algo que no hacías, sino hacer algo nuevo que tienes que aprender”, dice. Y todo empezó hacia 1994, cuando montó una de las primeras tiendas del mundo en venta por Internet, barrabes. com. “A mí lo que me gusta es ser un change maker, alguien que hace que las cosas cambien. Pero no tengo ambición de tener una empresa muy grande, lo que me gusta es crear cosas diferentes y nuevas: estás aquí, lías a tres, y montas un sarao”. Carlos cuenta que estuvo siete años interno en un colegio en Barbastro; la primera vez que salió de Huesca tenía 17 años: “Nos llevaron a Barcelona y vi el mar”. Empezó a estudiar Turismo en Zaragoza, y con lo que se sacó enseñando la Pilarica a los turistas, se largó un mes a EE. UU. “El shock que sufrí al llegar a Nueva York no lo he tenido nunca más. Descubrí el mundo”. Volvió a la Ribagorza, continuó sus estudios (“hice todos los exámenes, pero nunca fui a comprobar si aprobé…, supongo que sí”). “Mi hermano José estaba en la mili…, empezamos a pensar…, nosotros dos siempre pensando cosas raras…, entre los dos tenemos un círculo virtuoso de innovación”. Y se pusieron a seguir a los coches que entraban en el valle, apuntando las matrículas: “Descubrimos que la gente venía a hacer montaña, pero todas las tiendas eran de esquí”. Y abrieron una tienda de montaña en el sótano del bazar que regentaba su padre, y se fueron a la feria de deportes de Munich: “Quince horas en coche, y al llegar no nos dejaban entrar porque pensaban que íbamos a pedir pegatinas. No había españoles…, pero nosotros ya teníamos esa ambición, lo que no sé es por qué”. Fundamental fue que el prestigioso catedrático de Física de la UB Pedro Pascual veraneara en Benasque: allí creó un Centro de Ciencias, y un día se empeñó en enseñarles a los hermanos Barrabés lo que iban a ser las autopistas de la información, “con algo parecido a un e-mail”. “Nosotros teníamos un ordenador que utilizábamos como caja registradora… y en esos 200 metros de regreso a la tienda, pensamos: ¿por qué no vendemos allí? No sé cómo lo hicimos…, con unos Fujitsu y unos prejubilados de Telefónica… Y montamos una web y nos empezó a comprar gente de todo el mundo y nos llamaban de Microsoft, de Intel, para que utilizáramos sus productos, necesitaban casos de éxito”. Eso fue “un chute de imagen” que les permitió materializar su sueño de “ladrillo”: una tienda en Benasque de cinco plantas. “Soy un convencido de la suerte. Es un tema de posicionamiento. Sin ser un optimista patológico, creo que la suerte tiene que ver con el ecosistema que te montes. Yo he tenido y sigo teniendo mucha suerte…, pero también tengo problemas, ¡me como cada sapo!”. Huye de lo de gurú, pero Barrabés reconoce su labor evangelizadora: “Vi claro que lo que hacíamos había que sacarlo a la calle”. Carlos ha evolucionado su discurso, desde el primitivo basado en explicar Internet, ahora se mueve en temas de innovación: en sus palabras no faltan las referencias a Silicon Valley – “¡este país necesita emprendedores!”, y para eso se ha aliado en StepOne -;al foro de Davos – “sin visión global no se puede crecer”-,al conocimiento y la educación… Desde hace ocho años dedica la mitad de su tiempo a ser consejero asesor de uno de los cinco primeros bancos españoles; está en el consejo asesor de Vodafone España, en la francesa FM Logistic (“la logística me entusiasma”, dice), en Ideas4all (“la compañía de ideas más potente del mundo, creada por Ana María Llopis”), y colabora con la red de emprendeduría social Asokha. Y lleva barrabes. biz, grupo de consultoría de negocio. Y sus hermanos José y Arturo llevan las diez tiendas, y una editorial de libros de montaña y la revista Cuadernos Técnicos,y la web… Más de 200 personas en total. “Vengo de un entorno bastante duro, somos espartanos por naturaleza”, aunque “mi pasión son las tiendas: me meto en todas, y nunca compro, exceptuando en las de comida rara”. Y en las de gadgets tecnológicos: lleva Blackberry para trabajar, iPhone para disfrutar, también es fan del Android… “Hace tiempo que ya trabajo en la nube”, dice. Vive en Madrid “por los aviones”, y aunque le gusta mucho viajar, desde hace dos años su colección de jaboncitos de hotel está paralizada: sus dos hijos – “¡los he tenido tarde y seguidos!”-le hacen regresar a casa tan pronto como puede. “Ahora he entendido lo que es sentirse orgulloso”. Cuenta que, con su mujer, educadora, han pactado que ella toma un paréntesis de dos años, “y está encantada, además aprovecha para pintar, que es lo que le gusta!”. “A mí la vida me va llevando”, dice Carlos. No hace planes, tiene la ilusión de irse a vivir a EE. UU., pero “es más probable que acabe viajando mucho a China. Y si no, me monto un bar en Benasque…”. Fuente: La Vanguardia (Mar Galtés, 21/02/2010).
Una entrevista
Martes, 24 de septiembre de 2013 | Última actualización 23:47
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ENTREVISTA
Carlos Barrabés: "La crisis es el mejor momento para que surjan emprendedores"
A los 17 años, Carlos Barrabés (Benasque –Huesca–, 1970) tomó una decisión que marcó su vida: sería su propio jefe. Tras pasar siete años en un internado (“era la única opción para poder estudiar viniendo de un pueblo pequeño”, recuerda), decidió que nadie volvería a decirle lo que tenía que hacer. Sólo le quedaba una alternativa: ser empresario.
La ocasión llegó en 1995, cuando montó barrabes.com, uno de los primeros portales de Internet que sobrevivió a la crisis de las puntocom y que ha dado origen a un innovador grupo de empresas dedicadas al comercio electrónico y la consultoria, entre otros negocios. El grupo facura 18 millones de euros al año.
Su éxito como emprendedor y su trayectoria como asesor de multinacionales, experto en innovación e impulsor de diversos proyectos sociales, le han servido para entrar a formar parte del elitista Foro de Davos. Hace una semana, la organización suiza dio a conocer la lista de 197 jóvenes menores de 40 años considerados Líderes Globales. Sólo dos nombres aparecían representando a España: Barrabés y la ministra de Defensa, Carme Chacón.
Nueva agenda
Desde el momento en que se conoció la noticia, la vida de Barrabés ha sufrido un acelerón. Durante un día, tuvo que cancelar su agenda porque su teféfono no paró de sonar. “Yo sabía que esto era importante, pero no pensé que tuviera tanta repercusión”, explica.
Desde el momento en que se conoció la noticia, la vida de Barrabés ha sufrido un acelerón. Durante un día, tuvo que cancelar su agenda porque su teféfono no paró de sonar. “Yo sabía que esto era importante, pero no pensé que tuviera tanta repercusión”, explica.
Su página de Facebook muestra decenas de comentarios de felicitación y, lo más sorprendente, mensajes de agradecimiento de Barrabés a todos ellos. “Me he criado en un mundo de montañeros y su valor es la humildad. Cuanto más altas son las cimas que conquistan, más humildes son. Yo intento recordar esta máxima ”, explica.
Barrabés es un tipo peculiar. Como él mismo dice, debe ser el único empresario incluido en la lista de Davos que no ha pisado una universidad americana ni una gran escuela de negocios. Estudió Turismo –“porque mis padres me obligaron”– y se fue a Nueva York con lo que ganó enseñando el Pilar a los turistas. “Aquel viaje fue una de las experiencias más fuertes de mi vida. Descubrí el mundo”, recuerda. Es un hombre espartano.
Le encanta el mundo de la distribución y conocer tiendas, pero siempre va vestido igual: camisas azul oscuro y chinos de color beige. “Mucha gente debe pensar que no me cambio, pero es que me simplifica mucho la vida”. Y nunca lleva corbata, “sólo para ver al Rey, en las bodas y... en mi boda”. Hace tres años, se casó con Patricia. Tienen dos hijos.
Su vida en Banesto
Aunque Barrabés es conocido por su negocio y su vinculación al mundo de la montaña, esto es sólo la punta del iceberg de su vida empresarial. “Yo no sirvo para hacer una sola cosa”, reconoce. “A mí me gusta empezar grandes proyectos, poner en contacto a gente y montar cosas que luego organizan y dirigen otros”, explica. A su empresa le dedica un 10% del tiempo. “Tengo un gran equipo y están mis hermanos, José y Arturo, para dirigirla”, explica. “Mi ambición no es tener una empresa gigantesca. Es hacer cosas interesantes y disfrutar con ellas. Yo así soy feliz”.
Aunque Barrabés es conocido por su negocio y su vinculación al mundo de la montaña, esto es sólo la punta del iceberg de su vida empresarial. “Yo no sirvo para hacer una sola cosa”, reconoce. “A mí me gusta empezar grandes proyectos, poner en contacto a gente y montar cosas que luego organizan y dirigen otros”, explica. A su empresa le dedica un 10% del tiempo. “Tengo un gran equipo y están mis hermanos, José y Arturo, para dirigirla”, explica. “Mi ambición no es tener una empresa gigantesca. Es hacer cosas interesantes y disfrutar con ellas. Yo así soy feliz”.
Barrabés se dedica a ser consultor de grandes compañías y a hablar sobre innovación. Viaja a China, India y Estados Unidos varias veces al año. Trabaja para Vodafone, FM Logistic, Ideas4all, la red social Asokha y, sobre todo, Banesto. “El banco ha sido mi gran escuela”, dice.
La relación empezó hace ocho años y, desde entonces, es asesor de Ana Patricia Botín en temas relacionados con pymes e innovación. Dedica al banco el 50% de su tiempo. Botín debió quedarse sorprendida cuando Barrabés apareció en su despacho en mangas de camisa, botas de monte y sin ningún complejo. Al mes, estaba contratado. “Ellos querían ser el banco de las pymes y yo les ayudé a entender ese mundo”, dice.
Si de algo sabe Barrabés es de lo que necesita un pequeño empresario. En parte por su experiencia personal y también por su red de contactos tejida gracias a su faceta como conferenciante. No es un gurú al uso, básicamente porque no cobra (“sólo cuando me invita una gran empresa y, generalmente, lo dono”). Lo hace porque considera que hay que demostrar a las pymes cómo pueden sacar partido a la tecnología. El verano pasado se puso a contar y “me salieron unos 100.000 empresarios que han escuchado mis charlas”. Soria es la única capital de provincia española en la que no se ha subido a un estrado.
De 19 a 4.000
En 1995, cuando empezó a hablar sobre cómo Internet podía cambiar el mundo, sólo fueron a escucharle 19 personas. La cosa fue mejorando y, cuando Bill Gates vino a España hace unos años, Barrabés habló ante 4.000 personas en Ifema. ¿De dónde sale esta labor evangelizadora? “Bueno, de pequeño, quería ser neurocirujano o misionero. Quizás la segunda alternativa caló más hondo...”, dice.
En 1995, cuando empezó a hablar sobre cómo Internet podía cambiar el mundo, sólo fueron a escucharle 19 personas. La cosa fue mejorando y, cuando Bill Gates vino a España hace unos años, Barrabés habló ante 4.000 personas en Ifema. ¿De dónde sale esta labor evangelizadora? “Bueno, de pequeño, quería ser neurocirujano o misionero. Quizás la segunda alternativa caló más hondo...”, dice.
Barrabés asegura que ahora, en medio de la crisis, es el mejor momento para descubrir nuevas vocaciones empresariales. “Cuando las cosas van bien, hay pleno empleo y mucho trabajo en la Administración pública, es difícil que la gente asuma riesgos. Todo es demasiado fácil. Ahora, en plena crisis, es cuando muchos se pueden lanzar a crear su propia empresa”.
Cambio de imagen
En su opinión, varios factores influyen en este cambio. Por un lado, “ya no está mal visto en España ser empresario”, dice. Por otro, el perfil también ha cambiado. El prototipo de emprendedor ya no es el de un hombre hecho a sí mismo, que empieza desde cero y trabaja solo. Ahora, están preparados, tienen buenas ideas y trabajan de dos en dos, “lo que quiere decir que saben compartir el riesgo y el conocimiento, algo fundamental en los negocios ahora mismo”.
En su opinión, varios factores influyen en este cambio. Por un lado, “ya no está mal visto en España ser empresario”, dice. Por otro, el perfil también ha cambiado. El prototipo de emprendedor ya no es el de un hombre hecho a sí mismo, que empieza desde cero y trabaja solo. Ahora, están preparados, tienen buenas ideas y trabajan de dos en dos, “lo que quiere decir que saben compartir el riesgo y el conocimiento, algo fundamental en los negocios ahora mismo”.
Además, son ambiciosos. “Antes, se veía el ser empresario como una fórmula de autoempleo. Ahora, los jóvenes vienen con la idea de hacer algo grande y de ganar dinero, y esto es bueno”, explica.
El resultado es que hay un gran nivel en las pymes españolas, pero el empresario oscense echa de menos un mayor apoyo por parte de las grandes multinacionales. “Hay grandes grupos en España que deberían ser el motor para que muchas pymes salieran adelante en el extranjero. Tenemos pymes excelentes, pero necesitan más de apoyo de las grandes”.
Barrabés cree que España es un país lleno de emprendedores en potencia. “Para ser empresario necesitas visión, liderazgo y asumir riesgos. Hay gente en empresas y en la Administración que hace esto todos los días”, dice Barrabés. Sólo les falta un empujón... y dinero.
El problema de que no haya más empresarios se debe a la falta de apoyo financiero. “Los bancos pueden ayudar, pero donde de verdad está la clave es en el capital semilla, en que la gente con dinero apueste por estos emprendedores y les ayude a montar el negocio”, dice. No se necesitan grandes cantidades. Entre 50.000 y 100.000 euros son suficientes para montar una empresa. Barrabés participa siempre en tres o cuatro nuevos proyectos. “Un emprendedor puede cambiar el mundo”, asegura.
“Cuando te crees que eres tonto, es que hay una burbuja”
Carlos Barrabés tiene un don para explicar las cosas complicadas de forma sencilla. “Cuando te crees que eres tonto, porque no entiendes lo que pasa a tu alrededor, es que hay una burbuja”, dice. Él ya ha vivido tres: la del 92, la de las puntocom y la actual. La primera no le pilló todavía en el mundo de los negocios y de la segunda se libró por falta de ambición.
Carlos Barrabés tiene un don para explicar las cosas complicadas de forma sencilla. “Cuando te crees que eres tonto, porque no entiendes lo que pasa a tu alrededor, es que hay una burbuja”, dice. Él ya ha vivido tres: la del 92, la de las puntocom y la actual. La primera no le pilló todavía en el mundo de los negocios y de la segunda se libró por falta de ambición.
“En mi casa, siempre hemos tenido una mentalidad muy de pyme y esto nos llevó a rechazar ofertas buenísimas en la época en que todos los negocios de Internet se vendían a precio de oro”, dice. El espíritu empresarial de Barrabés viene de familia. Sus padres tenían en Benasque, un pueblo de 2.000 habitantes al pie de los Pirineos oscenses, un bazar donde se encontraba de casi todo, incluido material de montaña que muchos alpinistas compraban allí. En el verano de 1995, Carlos y su hermano José, que trabajaban en el negocio familiar, descubrieron lo que era Internet.
Pedro Pascual, un profesor de Física de la Universidad de Barcelona que veraneaba en el pueblo, les enseñó lo que empezaban a ser las autopistas de la información. Tras dar un par de vueltas a aquel descubrimiento, los dos hermanos pensaron que se podría vender a través de aquel nuevo canal. Y así nació barrabes.com, un portal de referencia para los amantes de la montaña, que recibe cerca de 20.000 visitas diarias y tiene clientes en 40 países. Sus clientes gastan una media de 90 euros por pedido.
Quince años después, el negocio ha evolucionado. El bazar de Benasque es una tienda imponente de cinco plantas y el grupo cuenta con la consultora tecnológica barrabes.biz, una editorial, una red de diez tiendas y una incubadora de proyectos. En total, 200 empleados y una facturación de 18 millones de euros. De la crisis actual, Barrabés prefiere ser optimista. “Lo fácil es decir lo mal que está todo, pero yo creo que España tiene una oportunidad para pensar qué quiere ser de mayor. Hay muchas empresas haciéndolo muy bien y hay oportunidades para quien se arriesgue”, dice.
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